En Suecia se ha inventado un nuevo tipo de fuentes de rayos X que comercializa la empresa Excillum. En estas fuentes, el ánodo alcanzado por los electrones es un chorro muy rápido (unos 50 m/s) de metal líquido, por ejemplo, estaño, galio, nitrógeno o metanol. El chorro se produce presionando el líquido a alta presión a través de una boquilla. El diámetro del chorro es de sólo 200 µm y el punto de origen tiene un tamaño de unos 20 µm x 80 µm (vertical x horizontal). Cuando el chorro es alcanzado por los electrones acelerados, se evapora parcialmente. Así, la potencia por centímetro cuadrado puede ser mucho mayor (alrededor de 1 MW/cm2) en comparación con los tubos de rayos X con ánodos estacionarios o giratorios.